TN/REDACCIÓN
Muy buena parte del trabajo profesional de Socorro Venegas, una mujer exitosa, se desarrolló en Morelos. Ha publicado novelas, cuentos y ha ganado varios reconocimientos como el Premio Nacional de Novela Ópera Prima “Carlos Fuentes” o el Premio al Fomento de la Lectura de la Feria del Libro de León. También dirigió las colecciones para niños y jóvenes del Fondo de Cultura Económica. Actualmente es la directora general de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM.
Tu formación personal transcurrió en Morelos, pero tu trabajo ha trascendido más allá de esta entidad. ¿Cómo ves a Morelos en relación con la producción editorial de otros estados?
Veo que ha habido un crecimiento muy interesante no sólo en los proyectos editoriales institucionales (más profesionales, más diversos), pero lo que me parece en verdad notable es el surgimiento de editoriales independientes, comandadas por jóvenes editores y escritores, con propuestas muy frescas e interesantes. Por ejemplo, Lengua del Diablo, de Efraim Blanco (un cuentista muy talentoso), o Acá las Letras de Ricardo Arce.
Crecí en Morelos, pero estudié la universidad en la Ciudad de México. No había las oportunidades académicas que ahora hay, eso es maravilloso para las nuevas generaciones.
¿Qué te parecen las instituciones formadoras de escritores en Morelos?
Desde hace años ha habido un trabajo muy fuerte de muchas personas para desembocar en la oferta que hoy vemos. Junto con varios colegas fundamos la Escuela de Escritores “Ricardo Garibay” de la Sogem en Morelos; como su directora me tocó renovar el diplomado en creación literaria, busqué crear una conversación interdisciplinaria alrededor de la creación artística, entendiendo que un escritor se forma leyendo pero también apreciando y acercándose a las artes plásticas, la música, el teatro, la ciencia.
Tu nuevo libro se llama “La memoria donde ardía”. ¿Qué es, novela, ensayo, poesía? ¿Cuánto tiempo te tomó escribirlo?
Es un libro de cuentos, lo publicará en mayo de este año la editorial española Páginas de Espuma (que es la casa editorial de los principales cuentistas hispanoamericanos). Estoy contentísima. Son historias que escribí en distintos momentos. Armé el libro en un año, lo trabajé artesanalmente, con un cuidado y paciencia que me enseñaron mucho sobre mi propia escritura y re escritura. Y luego tuve la increíble suerte de encontrar a un artista de la edición a quien le gustó el resultado: Juan Casamayor, el editor de Páginas de Espuma.
¿Eres de las escritoras que corrigen más de lo que escriben?
¿Hay otro tipo de escritor?
¿Cuál ha sido la peor crítica a tu trabajo literario?
Ninguna. Toda crítica debe ser atendida y agradecida, detrás hay alguien que le dedica tiempo a lo que escribes, eso me parece un privilegio.
¿Y la mejor?
Sergio González Rodríguez me leía con una atención que me sorprendía y siempre agradecí. Era entrañable.
Como escritora, ¿qué proyecto te falta por cumplir?
Todos. Todos.