El origen se desdibuja al paso del tiempo. Algunas versiones lo situan en Tlayacapan a mediados del siglo XIX, otros suponen que el origen es en Tepoztlán, algunos más aventurados mencionan a Italia como el origen de los Chinelos. Lo cierto es que durante el siglo XX se fueron afianzando en el ánimo de los morelenses hasta ser el icono inconfundible de este pequeño estado.
No se puede concebir un carnaval en Morelos sin la presencia de los chinelos que son personas ataviadas con túnicas decoradas, máscara y sombrero que van brincando al compás de la música de banda de viento en las calles. Pero no solo en carnaval; los chinelos son el punto central de las fiestas de los pueblos e incluso en las fiestas particulares, la última pieza que se toca es la inconfundible música de banda que pone a todos los asistentes a brincar.
Tlayacapan
Al paso del tiempo ha adquirido características particulares de acuerdo al sitio donde se danza. Por ejemplo, en Tlayacapan, los chinelos utilizan batones blancos con franjas azules y un sombrero corto y un poco abombado. Ahí los chinelos bailan siempre en medio de dos mujeres.
Tepoztlán
El chinelo de Tepoztlán es el más elegante. El traje es regularmente negro, con adornos de color blanco. En la espalda porta un “volantón” especie de capa con figuras pintadas a mano o bordadas. El sombrero tiene forma cónica y es alto.
Yautepec
En Yautepec, se celebra el carnaval más grande de todo Morelos. Ahí la vestimenta tiene bordadas figuras de colores de chaquira y lentejuela. Es el que más profusión de color usa. El sombrero es alto y delgado, con tres plumas de avestruz de colores vibrantes. En el resto del estado los trajes de chinelos son similares al de Yautepec.
El traje por si mismo es una obra de arte que generalmente tarda meses en confeccionarse y por lo mismo su costo es elevado, por lo que no cualquiera puede portarlo.