Por: José Arenas Merino
“La cultura es lo único que nos identifica, como pueblo, como mexicanos. De entrada, es lo que nos identifica con un común denominador y nos diferencia de las personas de otros países. Me refiero al lenguaje, a la historia y a lo simbólico, es decir a la semiótica”, dice María Helena González López, directora de Museos y Exposiciones de la Secretaría de Turismo y Cultura.
Nació al estudio del arte, en particular a la Historia del Arte –materia en la cual recibió el título de Maestra–, y ello obedece a que desde chiquita (sic) oyó hablar en su casa de un pintor, Manuel González Serrano, quien, artista al fin, nace rebelde, reticente a la educación cerrada, ortodoxamente católica y eso lo lleva a instalarse en la Gran Ciudad, en la capital del país donde convive con otros pintores representativos del surrealismo, corriente pictórica en boga en los años cuarentas. María Helena dice haber heredado el amor por el arte gracias a Manuel, además del gusto por dibujar y pintar, lo que hace ocasionalmente.
Pero también escribe: comenzó a colaborar en diversos medios impresos hace 25 años y se lo pasa persiguiendo artistas, y como ella dice, “soy metiche profesional de talleres de artistas, y lo hago con mucho amor y admiración”.
Explica que los artistas de renombre lo son porque consiguen desde la emisión del mensaje que contiene su obra, que los receptores lo capten y con el aval de los críticos y la presencia de los medios, el autor de la obra –tratándose de artes plásticas, en particular-, salta a la fama, lo que no significa que su obra sea excelsa; y lo contrario: hay magníficos pintores desconocidos porque no tienen los elementos del marketing que los impulse. Ya existe una materia que se estudia en instituciones privadas que se llama Economía Cultural, es decir, que el arte ya es un negocio y tiene un mercado.
En cuanto a la situación específica de Cuernavaca, afirma que la falta de espacios para exponer, son muchos los artistas que aquí producen, pero se promueven y venden fuera de esta capital, y menciona algunos casos, entre los que destaca el Jardín Borda, que ha estado dedicado durante mucho tiempo a la exposición de obra de artistas famosos, y los locales son relegados a un pequeño taller ahí mismo, en el Jardín de las Rosas o la casita del jardinero, ahí para los artistas locales. Y por lo que hace a las galerías, son tan pocas que muchos compradores prefieren acudir directamente al taller de los autores a comprar.
Sólo en Oaxaca las cosas son diferentes –por obra de Francisco Toledo- donde ya hay una acción concreta para generar arte y vender obra, eso es lo que hace falta en Morelos, dice Helena, quien ha propuesto muchas veces la creación de un Instituto de Investigaciones Estéticas, mediante el cual se podría entonces hacer un catálogo de autores y obra. Quizá ahora que Helena que ocupa un sitio prominente en el área cultural pueda hacer algo al respecto.