POR: JUAN LAGUNAS
“Una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones: debido a la escasez de personas inteligentes”, expresa Truman Capote.
Sobre ese aforismo se funda el siguiente vínculo con el lector (por medio del utensilio -intrínseco- que reivindica el fenómeno de la metacomunicación: la interrogante, que se emite con el objetivo de conocer algo u obtener algunos datos).
La época de oro del cine mexicano (de mediados de los 30 a principios de los 60) fue espléndida. El lenguaje fílmico que se produjo es inolvidable: superposición de espacio, ritmo, movimiento, sonido, montaje, iluminación, tono y color.
A continuación, algunas preguntas (como una forma de entrevista). Al fin y al cabo, “Mi memoria es magnífica para olvidar”, expone el escritor británico Robert Louis Stevenson.
¿Cuál fue la primera película mexicana nominada al Oscar? “Macario”, en el rubro de: mejor largometraje extranjero.
¿Cuándo se quemó la Cineteca? En 1982. Hasta ahora, se desconoce la causa del suceso. Así, se pusieron en riesgo la preservación, catalogación y otros procesos.
¿Cuál fue la cinta mexicana que protagonizó la primera edición de Cannes? “María Candelaria”, de Emilio “El Indio” Fernández; cabe precisar que ésta ganó el premio a Mejor Fotografía, para Gabriel Figueroa (un vate de la imagen).
¿Quién es “La Chorreada”? Blanca Estela Pavón. Acompañó a Pedro Infante (Pepe “El Toro”) en “Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos”.
¿En qué filme -y qué actores- parafrasean un fragmento del poema: “El beso”, de Cyrano de Bergerac? ¿Quién protagonizó “Teresa”? ¿En qué obra aparecen Roberto Cañedo y Columba Domínguez? ¿Quién dirigió “Los hermanos del Hierro”? Eduardo Noriega interpretó un doble papel; ¿en qué cinta y de qué año?
Las primeras incógnitas fueron satisfechas. Encaminé al cinéfilo, como la lluvia da perpetuidad al atardecer (tras prolongar el viento y la presencia de las nubes; el céfiro del ocaso y la oscuridad refulgente).
El espíritu de cada largometraje, de ese periodo, confirma la genialidad de histriones y directores, así como de guionistas, responsables de la edición y compositores. ¿Cómo olvidar, por ejemplo, el galimatías de “Cantinflas” en todos sus personajes? ¿De qué manera se puede alejar del pensamiento aquella escena sobresaliente en la que Pedro Infante y Luis Aguilar cantan en “ATM” (1951)? ¿Es posible que la desmemoria difumine a “Enamorada”, en la que Pedro Armendáriz lleva serenata a María Félix? “Desgraciadamente, el corazón no escoge”, dice el general Juan José Reyes.
La mirada se expande ante las posibilidades de las historias. Cada vez que se observan, erigen elementos nuevos.
El fotograma (fotografía encuadrada) es una elegía; un plano equivale a una oda escrita en el aire.